Hoy me he levantado y era el año 2007...
Siempre he creído que la diferencia entre Demócrata y Republicano, no era más que “con” o “sin” vaselina, que no debía fiarme de gobernantes maniatados por una industria armamentística a la que hay que dar salida por encima de cualquier justicia pactada, que no cabe confiar en personas que tienen sus países en una especie de limbo terrorífico, basado en el miedo a lo extranjero, a lo diferente, desde los salvajes indios, a ejes maléficos creados por un señor oscuro que hasta hace dos días trabajaba en casa, desde abejas asesinas a las amenazas variopintas del mundo exterior, temblad pecadores que todo puede pasar en el país de nunca jamás, en eso concuerdan las múltiples teologías de este lugar inventado.
Nunca he comprendido como puede caber en ese mismo lugar, el texto de declaración de derechos más utópicamente perfecto que e leído en mi vida, conformado de una belleza plausible, y escrito por la inteligencia masona de la época, que define lo que deben ser las autenticas libertades, ¿qué pasa? ¿es que no saben leer?, pues seguramente no, o eso, o que no se implican en una lectura pausada… también puede ser que se olviden rápidamente de lo leído… o que lleguen a estamentos de poder, sin conocer la existencia de la declaración estoy hablando, como seguramente sucede con el actual presidente (W. B.) …
¿Y si uno de los que haya leído y asimilado para sí el texto, llegara a presidente de este país contradictorio?. Sé que es difícil, pero atisbo una oportunidad. Hoy mediado este 2007 ficticio ,comienza su carrera a candidato demócrata un tal Obama, no sé quién es, ni yo ni mi corrector ortográfico, y seguramente no llegara ni a optar a las primarias, creo que este país se ha olvidado de lo que en su día defendió, y convirtió en esa bella declaración de independencia.
Ahora, si llegara a ser candidato, si pudiera competir en igualdad de oportunidades, si no se vieran tongos como los ocurridos en los últimos comicios, y si por fin… llegara a ser presidente, creo que sin duda necesitado de esperanza volvería a creer en ellos, y si hay alguna salida para el sistema seria este el camino, y este país , su único punto de partida, pienso que todo movimiento revolucionario necesita de iconos y sucesos de este calibre, ¿pero para que engañarme?, mi existencialismo pésimo, me invita a ver el futuro trasparentemente negro.
Tengo que escribir desde el pasado, tales días como hoy, para sopesar lo maravilloso, que puede llegar a ser el futuro.
Un gran brindis por Mandela, Obama y Gorbachov... (entre otros)
6 comentarios:
Creo que si, que todos tenemos esperanza, seguramente no colmará la mayoría de las expectativas, pero el mundo algo ha cambiado ya...
Gracias por seguirme. Te seguiré.
Amigo Lupus,
Ya lo dijo Hobbes, "El hombre es un lobo para el hombre". ¿Y quién lo sabe mejor que tu querido lobezno?
Según este filósofo inglés, en la condición de estado de naturaleza todos los hombres son libres, y sin embargo viven en el perpetuo peligro de que acontezca una guerra de todos contra todos ...
¿Será capaz Obama de controlar a su panda de Lobos?
(Lo de la vaselina ;) chapó)
un besito
YA HABLAREMOS...
SALUDOS SIN VASELINA...
Amigo, P Vázquez, poco a poco supongo eso es lo que nos queda, eso y la esperanza que colma…
Querida vecina Elisa, mejor que yo lo sabes tú, por vivido in-situ y por armónicamente descrito en tu entrada de hoy…
Groucho, pues ya hablaremos
Gracias por los comentarios… por cierto, en vez de vaselina, recomiendo el uso de cariño, destreza y en último caso paciencia… para eso estamos los conscientes…
Amigo Lobo
Yo no soy tan optimista como vos...Los que vivimos en el sur, hemos pasado por experiencias tan negras suscitadas por blancos,que ya miramos con desconfianza hasta la más transparente de las transparencias.
Pero igual, brindo por tu esperanza.Ojalá así sea.
Un beso (desde el fin del mundo)
Rayuela, lejana...
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Samuel Johnson (1709-1784)
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