jueves, 8 de enero de 2009

Simetrias rotas

La simetría perfecta espacio tiempo es la nada absoluta, por esta razón algunos definen el universo como un conjunto de simetrías rotas. El ser humano en su inteligencia, ve en la simetría la belleza básica del alma, algo que por su abstracción no llega a comprender (como la nada absoluta), cabe entender que la simetría no nos pertenece, no es nuestro estado natural, el ser humano es abstracción pura y en sus miedos divide o agrupa el mundo a su antojo, en una especie de paralelismos tanto visuales como conceptuales, desde Apolo y Dionisos, a la simetría de sus templos.

¿Porque esa tendencia a ordenar?, es el miedo a la muerte, a la nada, la razón que nos lleva a imitarla en este mundo.

Por los que se adueñan de estas imitaciones en forma de autos de fe, por la obra y poca gracia de unos dioses convenidos, hago un llamamiento a la defensa de la abstracción lirica, y el humanismo regido por el libre albedrio, eso sí, no tomar en serio, solamente soy el de la tasca de al lado…


Este R. que R. viene inspirado del blog “Mejor de lo que parece”, “La belleza de lo íntimo”… que podéis apreciar en mis favoritos…



3 comentarios:

Antonio Martín Bardán dijo...

Muy bueno tu escrito, Lobo, y estoy de acuerdo con lo que dices.
Sólo hay una cosa que no entiendo bien: afirmas que nuestra tendencia a ordenar surge del miedo a la nada... Entonces ¿por qué habríamos de querer imitarla?
¿No será al revés?
El orden absoluto es la muerte, la nada, y nosotros somos simetrías rotas, escindidas de esa nada, vale, pero cuando tendemos a ordenar pensamientos y cosas no lo hacemos para recrear esa nada, sino por otra cosa. Es precisamente el desorden, el caos lo que nos asusta. Lo que se busca con el orden no es la nada sino la armonía, al menos una armonía humana.

Un saludo lobuno.

EL LOBO dijo...

El ser humano se pone mascaras e imita a los dioses en todos sus actos, dioses que viven en la muerte.

La humanidad imita la nada en todas las artes, por la fascinación y lejanía de otros estados de conciencia.

Claro que los humanos tendemos al orden pero eso no impide la procedencia de ese orden, bajo mi punto de vista el verdadero salto de la humanidad, no es el fuego, la rueda, o la primera polis, sino el primer ritual funerario, el detonante principal de nuestra pequeña aventura, es la interpretación de la muerte en los escritos, su imitación en los templos, las respuestas a la nada en forma de mimesis, síntesis, nuestro punto de partida…

Ahora… ya cansado, con mi llamamiento a la abstracción lirica, y al humanismo regido por el libre albedrio, quería humanizar más si cabe mi planteamiento, pero de un humanismo que ya toca, pues es la mala gestión de este concepto la que me chirria… creo que toca otro estado de conciencia en el que nos aceptemos tal como somos, y demos paso a otro estado de conciencia… claro que ordenamos lo que vamos descubriendo, pero no nos conviene engañarnos a nosotros mismos, inventando dogmas simétricos… abstracción es donde vivimos… saludos

Antonio Martín Bardán dijo...

Bueno, Lobo, me quedo con lo que dices al final: "abstracción es donde vivimos". Porque, de hecho, todo el universo es abstracto. Las 'concreciones' no son más que invenciones de la mente humana.
Aunque sigo sin entender (y perdón por mi torpeza) esa relación que haces entre la nada, la muerte y el inicio cualitativo de la humanidad...
Quizá es que no capto bien tu concepto de 'nada'.
La frase de "la humanidad imita la nada en todas las artes, por la fascinación y lejanía de otros estados de conciencia", me recuerda mucho a Nietzsche y su ácida crítica a los "ultramundanos", a los que denunciaba en su Zarathustra. Quizá van por ahí tus tiros...
Mi humilde opinión es que esa fascinación proviene de lejanas capas de nuestra mente, del inconsciente colectivo -como diría Jung-, de un vago recuerdo, que conservamos aún, de una perdida 'edad de oro', un reino de Atlantis; no de una negación de la vida auténtica, física e inmediata, como creía Nietzsche. Aunque en esto hay muchos grados y niveles, y cada uno merecería un capítulo aparte.
En definitiva, dogmas simétricos no; eso lo entiendo. Lo que se me escapa es la causa que te mueve a identificar simetría con nada. Para mí, la nada es el caos primigenio, el vacío de donde todo surge y que todo lo contiene, el origen del mundo. En él no hay ninguna simetría, pero asimismo toda simetría posterior sale de él. En fin, Lobo, que es un tema muy largo, y que lo que pasa aquí es que hay un simple cruce de lenguajes.
Me gustaría que leyeras mi escrito de "la oscuridad luminosa", para que entiendas mi postura. Si tienes interés y tiempo, está en mi cuaderno.
Seguramente queremos decir la misma cosa, o algo muy similar, pero, como digo, empleamos vocabularios distintos.

Un saludo, y gracias por tu respuesta.