Introducción.
Hoy sabemos que desde los tiempos de Esquilo, todo tipo de innovación de "puesta en escena" ha sido siempre tema de discusión. Desde las incorporaciones de nuevos actores, por parte de los grandes trágicos, a los avances tecnológicos del tipo "deus ex machina", las ocasiones para producir todo tipo de reacciones críticas se fueron multiplicando, a medida que el ser humano incrementaba su conocimiento. Reacciones divididas en dos grandes grupos de razonamiento moderado; los que están de acuerdo en que todo lo nuevo puede aportar, y los que no lo están tanto… también tenemos otros dos grupos ya en los extremos, defensores íntegros en cualquiera de estas dos direcciones… pero no nos ocuparemos de escribir para ellos, pues sus vidas son en principio, tan cortas como la nuestra, y la distancia a salvar es muy larga de base. Es el maridaje; la medida y lugar de partida. Este trabajo está escrito para esa gente que cree que este conocimiento va cogido de nuestra mano, nace de nosotros y nos pertenece, al igual que el teatro, el mayor invento de la generosidad humana. Entendamos el teatro como ese elemento artístico aglutinador, que se alimenta de la esencia del ser humano y sus relaciones, y nace en el ser humano y su conocimiento. Nuestra interrelación con el mundo y nuestra manera de modificarlo, es lo que somos en la vida, y en el teatro.
Creo, por otro lado, pero sin irme muy lejos, que el primitivo dominio del fuego y su técnica, fue la base y el entorno propicio, para el desarrollo de las primeras conversaciones lúdicas, en las que el hombre poco a poco se conoce a sí mismo… se crea a sí mismo en ese escenario acotado por el calor de la llama, pero rodeado a su vez, de un veloz entorno de pensamiento en grupo. El grupo, que aporta el fuego y su técnica, el grupo que aporta conocimientos y descubrimientos, el grupo que cuanto más comunicado está, aumenta esa mayor velocidad de aportación, velocidad que se incrementa cuanto más se incrementa el grupo y su sabiduría. Debemos entender que cuanto más tiempo pase, mas se ampliara la distancia entre estas dos velocidades de entendimiento, la de nuestro reloj místico y biológico de pulsaciones claras, y la de nuestro entorno de vorágine atrapante. Este entorno que incrementa su velocidad con los años, es el mismo entorno, que introduce todos los avances tecnológicos que después arrastran toda innovación de puesta en escena.
¿Estamos hoy por hoy los directores de escena a la altura técnico-teatral que nuestro momento histórico nos brinda?, pues seguramente no, ¿por desconocimiento?, no… por mal conocimiento. Me explico; en realidad no hablo del desconocimiento de la tecnología y de su uso, esos son conocimientos fáciles de adquirir, y de los que muchos ya creen entender lo suficiente, apoyados seguramente por sus buenas razones. Otros si creen que no entienden lo que debieran, solo es cuestión de que lo pretendan. Hablo del no conocimiento técnico básico de su lugar y medida; Saber el lugar y medida, es el punto de partida para que hasta los más puristas no vean tecnología, donde la hay, a raudales. Y es que realmente el problema en muchos casos, es la técnica abusada o mal usada, o emborracha en primer caso, o aturde en el segundo y no te deja ver otra cosa. Cuantos espectáculos hemos visto con dos alardes técnicos mal metidos, que no nos dejan tan consternados, que le echamos mucha culpa a la técnica a pesar de que igual no había mucho más, cuantos que ofrecían mucho más, no consiguieron poner la guinda merecida debido a una técnica mal resuelta. La tecnología esta presente y no se puede obviar por muy pobre que sea tu teatro, desde la simple apertura del telón a la proyección de un holograma, los caminos, variantes y combinaciones son enormes, pero los lugares y medidas pertenecen a la experiencia humana y a su interpretación, mi trabajo intentara, poner un orden básico y orientativo, pero enormemente necesario.
No hablamos entonces en esta ocasión, concretamente de sonido, iluminación, telones, humos, proyecciones, multimedia, escenografía, etc. sobre esos temas, ya bastante se ha escrito, y debido a la velocidad de avances, lo escrito caduca a corto plazo. Este es un escrito enfocado al entendimiento de las bases, una reflexion más conceptual y organizativa, un apoyo básico que sirva en su medida, para perder miedos el que los tenga, y adquirir prudencia el más sobrado. Y para el que tenga el conocimiento justo, (entiéndase por el que necesita), esta lectura le ofrecerá un punto de partida, y seguramente en cierta manera, le ahorrara trabajo una vez entendida.
Siento no estar más encima del querido blog, pero cada uno sabe las suyas, eso si, me libro en “cero coma”.
Hoy sabemos que desde los tiempos de Esquilo, todo tipo de innovación de "puesta en escena" ha sido siempre tema de discusión. Desde las incorporaciones de nuevos actores, por parte de los grandes trágicos, a los avances tecnológicos del tipo "deus ex machina", las ocasiones para producir todo tipo de reacciones críticas se fueron multiplicando, a medida que el ser humano incrementaba su conocimiento. Reacciones divididas en dos grandes grupos de razonamiento moderado; los que están de acuerdo en que todo lo nuevo puede aportar, y los que no lo están tanto… también tenemos otros dos grupos ya en los extremos, defensores íntegros en cualquiera de estas dos direcciones… pero no nos ocuparemos de escribir para ellos, pues sus vidas son en principio, tan cortas como la nuestra, y la distancia a salvar es muy larga de base. Es el maridaje; la medida y lugar de partida. Este trabajo está escrito para esa gente que cree que este conocimiento va cogido de nuestra mano, nace de nosotros y nos pertenece, al igual que el teatro, el mayor invento de la generosidad humana. Entendamos el teatro como ese elemento artístico aglutinador, que se alimenta de la esencia del ser humano y sus relaciones, y nace en el ser humano y su conocimiento. Nuestra interrelación con el mundo y nuestra manera de modificarlo, es lo que somos en la vida, y en el teatro.
Creo, por otro lado, pero sin irme muy lejos, que el primitivo dominio del fuego y su técnica, fue la base y el entorno propicio, para el desarrollo de las primeras conversaciones lúdicas, en las que el hombre poco a poco se conoce a sí mismo… se crea a sí mismo en ese escenario acotado por el calor de la llama, pero rodeado a su vez, de un veloz entorno de pensamiento en grupo. El grupo, que aporta el fuego y su técnica, el grupo que aporta conocimientos y descubrimientos, el grupo que cuanto más comunicado está, aumenta esa mayor velocidad de aportación, velocidad que se incrementa cuanto más se incrementa el grupo y su sabiduría. Debemos entender que cuanto más tiempo pase, mas se ampliara la distancia entre estas dos velocidades de entendimiento, la de nuestro reloj místico y biológico de pulsaciones claras, y la de nuestro entorno de vorágine atrapante. Este entorno que incrementa su velocidad con los años, es el mismo entorno, que introduce todos los avances tecnológicos que después arrastran toda innovación de puesta en escena.
¿Estamos hoy por hoy los directores de escena a la altura técnico-teatral que nuestro momento histórico nos brinda?, pues seguramente no, ¿por desconocimiento?, no… por mal conocimiento. Me explico; en realidad no hablo del desconocimiento de la tecnología y de su uso, esos son conocimientos fáciles de adquirir, y de los que muchos ya creen entender lo suficiente, apoyados seguramente por sus buenas razones. Otros si creen que no entienden lo que debieran, solo es cuestión de que lo pretendan. Hablo del no conocimiento técnico básico de su lugar y medida; Saber el lugar y medida, es el punto de partida para que hasta los más puristas no vean tecnología, donde la hay, a raudales. Y es que realmente el problema en muchos casos, es la técnica abusada o mal usada, o emborracha en primer caso, o aturde en el segundo y no te deja ver otra cosa. Cuantos espectáculos hemos visto con dos alardes técnicos mal metidos, que no nos dejan tan consternados, que le echamos mucha culpa a la técnica a pesar de que igual no había mucho más, cuantos que ofrecían mucho más, no consiguieron poner la guinda merecida debido a una técnica mal resuelta. La tecnología esta presente y no se puede obviar por muy pobre que sea tu teatro, desde la simple apertura del telón a la proyección de un holograma, los caminos, variantes y combinaciones son enormes, pero los lugares y medidas pertenecen a la experiencia humana y a su interpretación, mi trabajo intentara, poner un orden básico y orientativo, pero enormemente necesario.
No hablamos entonces en esta ocasión, concretamente de sonido, iluminación, telones, humos, proyecciones, multimedia, escenografía, etc. sobre esos temas, ya bastante se ha escrito, y debido a la velocidad de avances, lo escrito caduca a corto plazo. Este es un escrito enfocado al entendimiento de las bases, una reflexion más conceptual y organizativa, un apoyo básico que sirva en su medida, para perder miedos el que los tenga, y adquirir prudencia el más sobrado. Y para el que tenga el conocimiento justo, (entiéndase por el que necesita), esta lectura le ofrecerá un punto de partida, y seguramente en cierta manera, le ahorrara trabajo una vez entendida.
5 comentarios:
Has vuelto,Lobo, con un tema tan desconocido por mí como interesante. En el teatro soy mera espectadora,pero estoy de acuerdo en que si las tecnologías existen, son para ser bien usadas.
Así que volveré para el 1.2,y seguir aprendiendo.
Mil besos (y también te extrañaba)
Lupo!! una alegría verte por aquí...Me quedo con el primitivo dominio del fuego como antesala de todo lo demás. ¿Jugamos con fuego?, ¿es el teatro un juego? o es...¿fuego?
Sútil y delicada manera de sentar cátedra la tuya, con elegancia, sin que se note...dejando incluso espacio para la humildad.
"pues sus vidas son en principio, tan cortas como la nuestra, y la distancia a salvar es muy larga de base..." (Esta frase me hace reir, gracias...es fantástica y se puede aplicar a tantas cosas...)
Todo, menos perder el tiempo. Gracias por una nueva clase, maestro.
Muy buen trabajo, Lobito.. hace que vuelvas a confiar en la gente.. e incluso en una misma, salvando las distancias, por supuesto..
besos aullados..
MUY MUY INTERESANTE.
TIENES QUE MANDÁRMELO.
UN BESAZO.
Lobito, buenas y bienvenido, que tardas mucho muchísimo en asomar la patita...
Me alegro de que lo hayas hecho, como yo ahora, que ha sido también larga.
Siempre en tu línea instructiva, me encanta aprender cosas que me enredan y me hacen diferente a las masas.
Un beso enorme para ti!
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